Estoy agotada de andar por caminos, llenos de los escombros, de todos aquellos edificios que se han derrumbado a mi paso.
Altos, fuertes, libres y bellos se creían. Llenos de vida y
de energía. Se erguían esbeltos delante de mí, orgullosos, protectores algunos... y se han colapsado sus cimientos de barro y arena.
Ahora son polvo y piedras. Ya no son nada.
Estoy agotada. Inmersa en una nada inexplicable. Pero no me
hundo. Floto sin quererlo.
Resisto huracanes, tempestades, mareas... sin pretenderlo. Llevando como única arma ese vacío negro, inerte, que me llena por dentro.
Creo que me he rendido. He desistido. Ya ni siquiera miro
los edificios.
¡Para qué!. Me saturan, me insultan, no me respetan y sin
embargo… esos pequeños egocéntricos… se hunden a mi paso.
Dibujo basado en una imagen de la pelicula Terremoto en Los Ángeles
Me doy cuenta que la NADA, es también para ti un tema recurrido en tus escritos. La nada es la desesperanza más absoluta. Aunque es una estado y los estados son transitorios.
ResponderEliminarme encanta!
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